Como todos los años Madrid celebró la fiesta de San Isidro, mas conocida por sus chulos y chulapas, estampa clásica que permanece a pesar del tiempo. y como las condiciones atmosféricas se presentaban excelentes, me enganche la cámara y salí de caza.
Entre música y cantes pareciera que retrocedemos en el tiempo a un Madrid mas tranquilo y sin las preocupaciones de hoy día. Las familias paseando por los caminos del Parque de San Isidro, mientras otros descansan a la sombra de cualquier árbol que se preste a darles cobijo, los niños correteando y saltando de alegría porque una vez más se lucen sus trajes de chulos y chulapas en este maravilloso día.
Mientras algunos comían los platos que traían de sus hogares y que con esmero prepararon para este día, otros tantos se amontonaban en las casetas que franqueaban los caminos del recinto de la fiesta. Entre chorizos, costillas, arroces, frituras de pescados y mariscos, entrecijos y gallinejas el ambiente se impregnaba con olores de feria al mas puro estilo madrileño.
Y paseando entre tan distinguidas y alegres personalidades es posible captar imagenes preciosas llenas de espontaniedad y que sólo se consiguen en situaciones especiales como fue la de este domingo de fiestas de San Isidro.
Y entre una cosa y otra aparecen los retratos, algunos posados y otros, los que mas me gustan, capturados sin conocimiento del modelo. Estos últimos son los que prefiero, porque el sujeto no mira fijamente a la cámara ni cambia de actitud, lo que te permite captar su personalidad o su sentir en ese preciso momento.
Al final llegue a la Hermita aunque inaccesible por la multitud de personas que se amontonaban esperando para entrar, así que no puedo dejar imágenes de su interior, espero poder acercarme otro día en que no haya tal conglomerado de personas.
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